A raíz de la entrada, hace unos días, de las restricciones en el consumo hídrico debido a la emergencia por sequía en Cataluña, son muchas las soluciones alternativas planteadas por los complejos turísticos vacaciones para el llenado de sus piscinas y funcionamiento de sus áreas de ocio acuáticas para esta temporada.
Una de las que con más fuerza está sonando, aunque hasta hace apenas unos meses podría parecernos totalmente increíble, es el llenado de los vasos con agua del mar, una de las vías que la Agència Catalana de l’Aigua autoriza para evitar la prohibición de llenado.
En este sentido, son varios de nuestros clientes que nos han realizado consultas al respecto de esta solución y, en especial, cómo apostar por el agua de mar puede influir en el funcionamiento, durabilidad y seguridad de sus instalaciones de ocio acuático.
Por ello, este post hemos recopilado algunas de las principales respuestas que en los últimos días estamos compartiendo, que complementan a
¿Se pueden llenar con agua de mar solamente aquellas piscinas que ya estén preparadas para cloración salina o cualquiera con cloración tradicional?
Por poder, cualquier piscina podrá llenarse con agua de mar. Sin embargo, en función del sistema y equipamiento hidráulico que cuenten en la actualidad (cloración tradicional vs cloración salina), esta afectará en mayor o menor medida al funcionamiento de la instalación. Además, se deben tener en cuenta las limitaciones legales en lo referido a la gestión de residuos.
¿Qué riesgos potenciales de efectos negativos puede tener el agua de mar en la piscina?
Para contestar a este punto, nos hacemos eco de la información publicada por la patronal ASOFAP (Asociación Española de Profesionales del Sector de la Piscina), de la que formamos parte:
Las piscinas están habitualmente pensadas para funcionar con agua de red y funcionan correctamente con un agua con una salinidad alrededor de 6 g/l, si usan cloradores salinos. El agua de mar tiene 35 g/l. La salinidad del agua de mar hace que esta agua tenga un efecto corrosión importante para el que no suelen estar preparados los equipos de las piscinas.
De forma generalizada, si la piscina no fue diseñada para el uso de agua marina, se acortarás la vida de la infraestructura de la piscina y se dañará su funcionamiento, con los costes económicos que ello te comportará.
En lo referente a juegos acuáticos, toboganes, áreas splash… ¿Es viable esta solución? ¿Conlleva implicaciones negativas? ¿Qué componentes o materiales de estos equipamientos sufrirían más por el agua de mar?
De entre el catálogo de materiales que componen los diferentes juegos y equipamientos que los fabricantes utilizan en sus proyectos, los equipos compuestos por aceros galvanizados o aceros inoxidables 304 -la mayoría de los casos-, son los que más van a sufrir con el uso del agua de mar.
Por ello, se deberán adaptar y/o crear nuevos protocolos de gestión y mantenimiento, aumentando los controles, trabajos y limpieza a una periodicidad prácticamente diaria, así como utilizando productos de limpieza especiales para esta tarea para evitar la rápida oxidación.
Si deseas obtener una copia de los checklists de mantenimiento específicos para áreas de ocio acuático, solicítalo aquí sin compromiso.
¿Podrían verse afectadas por el agua de mar las bombas de impulsión asociadas a un área de juegos o un tobogán acuático?
Sí, en la mayoría de los casos. Por su composición de materiales, las bombas convencionales podrían verse afectadas, provocando un mal funcionamiento. Y, por ende, fallos en el suministro de agua a los equipamientos lúdicos.
Si igualmente se decide apostar igualmente por la solución de agua de mar, existe la posibilidad de modificar el rodete de la bomba por uno que aguante mejor la salinidad elevada.
Desde el punto de vista legal o normativo, más allá de las implicaciones en el funcionamiento o en la durabilidad de las instalaciones, ¿qué aspectos se deben tener en cuenta?
Por norma general, las piscinas con agua de mar no pueden estar conectadas a la red de alcantarillado debido a la prohibición de verter este tipo de agua en la red de saneamiento. Se trata de un agua contaminante que puede dañar las depuradoras municipales.
En lo referido a las normativas EN de seguridad en piscinas (EN 1069 o EN 17232, por ejemplo), no hay ninguna alusión directa en este sentido. Si bien es cierto que todo estado defectuoso en lo referido a materiales, oxidación, operatividad… de los equipamientos implicaría el no cumplimiento de muchos de los parámetros recogidos en las citadas normas.
En definitiva, apostar por el llenado de tus piscinas o el funcionamiento de tus áreas de ocio acuático con agua de mar puede ser vista como una solución oportuna y rápida para este corto plazo de probables restricciones para el consumo de agua, pero que a la larga trae un sinfín de problemas e implicaciones negativas de carácter técnico para tus instalaciones. Eso sin contar con los requisitos legales de gestión de residuos y vaciado de la piscina al no poder hacer uso de la red de saneamiento general.
Además de esta alternativa, están surgiendo desde el ámbito del sector privado otras ideas más imaginativas y, probablemente, con mejor resultado -dentro de la legalidad-, como es el caso de la propuesta de compra de una desaladora móvil por parte de la asociación hotelera de Lloret de Mar.
Por nuestra parte, seguimos apostando por que la industria mejore e incorpore modelos de gestión hídrica más eficiente para sus instalaciones acuáticas. En este sentido, el Estándar Blue Leaf supone el vehículo de acompañamiento perfecto para aquellos establecimientos que quieran gestionar sus piscinas y áreas exteriores dando la respuesta adecuada a los retos actuales en materia de impacto medioambiental, así como solventar la necesidad de eficiencia hídrica en sus establecimientos.
En The Fun Lab estaremos encantados de atenderte y ayudarte sea cual sea tu necesidad. Continúa tu visita por nuestro blog para seguir estando al día de nuestras novedades, artículos técnicos y proyectos.